PROYECTO Iemotiv.


“Se buscan escuelas que eduquen para la vida”

“La verdadera medida del progreso de una nación es la calidad con que atiende a sus niños: su salud y protección, su seguridad material, su educación y socialización y el modo en que se sienten queridos, valorados e integrados en las familias y sociedades en las que han nacido.”  - UNESCO.  Informe inocentti -

Esa será nuestra medida, la única medida.
Esa será nuestra meta.

“Creo que nuestra única esperanza para el futuro es adoptar una nueva concepción de la ecología humana, una en la que reconstruyamos nuestra concepción de la riqueza de la capacidad humana. Nuestro sistema educativo ha explotado nuestras mentes igual que nosotros hemos explotado la tierra buscando un recurso particular. En el futuro, esto no nos servirá”

Así termina Sir Ken Robinson su exposición “¿Matan las escuelas la creatividad?” en una reunión  de creativos en Monterrey, compartiendo argumentos con una corriente de expertos en educación como Roger Shank cuando nos dice que nuestro sistema heredado de la revolución industrial ha quedado obsoleto.

Esto podría ser inicio o parte de uno más de los cientos de debates acerca de nuestro sistema educativo y su permanente crisis,  sin embargo hay un mar de fondo que lenta pero inexorablemente nos lleva hacia un nuevo paradigma: “Educación del Ser para la vida.”

Tradicionalmente la escuela se ha centrado en la búsqueda y cultivo de los aspectos cognitivos y por tanto los aprendizajes científicos y técnicos han alimentado el currículo formativo de muchas generaciones de Alumn@s. Hasta los años 80 la inteligencia, componente de lo racional, era el factor predictor del éxito en franca contraposición a lo afectivo que, con su componente femenino y pasional, quedaba relegado a un segundo plano  - Ese era un horizonte lleno de dragones y profundos abismos - Sin embargo, a lo largo de la historia, se alzaron voces en contra de las corrientes existentes y ya pensadores desde Sócrates a Rousseau defendieron la necesidad de la educación de sentimientos y emociones.

El impulso a la investigación generado por la llamada “década del cerebro” encajando con las “piezas” históricas, construye un puzzle que deja ver una imagen muy distinta del ser humano que creíamos conocer.; El aporte de datos y argumentos acerca de la concepción de una inteligencia mucho más amplia y compleja constata la estrecha vinculación entre las emociones y el pensamiento. A la luz de estos datos, el análisis de nuestro modelo social permite entrever que muchos de los problemas con que se encuentran las personas, y en particular adolescentes y jóvenes, tienen mucho que ver con la esfera de lo emocional.

Hoy sabemos que gran parte del fracaso escolar de l@s alumn@s no es atribuible a una falta de capacidad intelectual, sino a dificultades asociadas a experiencias emocionalmente negativas. La estructura intelectual del niñ@, como la del adulto, esta inevitablemente unida a su afectividad y son estas dificultades emocionales la raíz común de muchas de las dolencias de nuestras escuelas.

El esfuerzo y motivación de l@s profesionales de la educación por ofrecer lo mejor de si mismos a sus comunidades y las evidencias de que un futuro mejor es necesariamente el fruto de una educación que lo siembra y posibilita, nos alientan en este proyecto para la puesta a disposición de recursos e información así como la elaboración de materiales y acciones formativas en centros escolares desde la base de la investigación en las universidades, seguros de que esta será una aportación humilde pero valiosa de cara a la necesaria alfabetización emocional. acerca de las nuevas herramientas y perspectivas, a través de la Red de la Fundación Iemotiv. 

Asumiendo, los datos que arrojan los informes de prestigiosas instituciones y el dibujo que estos hacen acerca de las “realidades” que viven nuestr@s Hij@s. y a la luz de las aportaciones realizadas por numerosas investigaciones desde muchas disciplinas científicas, en cuanto al conocimiento del cerebro y la incuestionable relación Cognición – Emoción como binomio necesitado de equilibrio para un verdadero desarrollo humano, todo apunta a que estamos en el momento y lugar adecuados para trabajar en el objetivo de desarrollar las habilidades y competencias emocionales que enriquezcan los currículos de esas “Escuelas para la vida”,  facilitadoras del crecimiento y equilibrio necesario para navegar sin naufragar en este mar cada día más complejo y distinto de lo conocido hasta ahora.

                                    Antonio Oliveira Asensi.
                                   fundacioniemotiv@gmail.com

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